Hace poco más de un año la pandemia del COVID-19 trajo consigo cambios que alteraron fundamentalmente la forma en que entendemos la vida. Nos obligó a ver lo cotidiano desde otros enfoques, nos hizo modificar nuestro comportamiento y formas de pensar. Hoy, más que nunca, podemos participar en el regocijo del orgullo universitario sabiendo que nuestra Universidad nunca detuvo su compromiso de formación estudiantil y la producción, difusión e investigación científica. Hoy podemos afirmar que nuestra comunidad es más fuerte que cualquier catástrofe. Todos los miembros de nuestra Máxima Casa de Estudios mantuvimos la cabeza en alto ante los desafíos que se nos presentaron y, continuamos esforzándonos por enaltecer el nombre de la Universidad Nacional Autónoma de México.